jueves, 6 de mayo de 2010

Regalo: Polo Regalado

Según San Juanka

“Hijito, anda a la casa que tengo una sorpresa para ti” – eran palabras de mi abuela que desde hace varios días rondaban en mi cabeza.

No me quiso decir cuál sería esa sorpresita hasta el día que vaya personalmente por ella (¿sería que hace varios días no iba a visitarla?). Bueno, el hecho era que la falta de tiempo y las múltiples ocupaciones impedían que fuera a dar una vuelta a la casa de mi antecesora.

Sin embargo, una noche, preparándome para dormir, tuve un presentimiento por el cual sospechaba que sería uno de los mejores regalos de mi vida. ¡Aquella noche no pude dormir!

A la mañana siguiente, casi levantándome en horario de madrugada, me alisté para esa dádiva prometida – que me imaginaba era por cumpleaños atrasados.

Al tocar la puerta, mi abuela me hace entrar y lo primero que me pregunta era si había tomado desayuno. Realmente era lo último que me interesaba, pero para no sonar descortés le respondí que me había faltado el tiempo.

“Toma asiento mientras preparo algo” – fueron sus palabras, pero parecía que se había olvidado de lo que me prometió días atrás por lo que tuve que abordarla abruptamente:

- “Te acuerdas que el otro día me dijiste…”
- “Sí, no creas que me había olvidado” – me interrumpió sin darme oportunidad a seguir con el tema.

Me lo dio envuelto haciéndome la indicación de no abrirlo hasta que llegue a mi casa. Apenas salí, corrí como si hubiera visto un fantasma.

Llegué casi “con el corazón en la mano”. Era un polo, pero lejos de ser uno de marca, elegante, bonito o simplemente uno comprado en “Gamarra City” se trataba de uno regalado por algún banco.

En otras palabras, me dio un polo que al ponérmelo estaría publicitando a esta empresa sin recibir nada a cambio.

Aquel día me regalaron un polo regalado.

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