¿Felicidad?
Para muchos, es un concepto ficticio, irreal, utópico e imaginario que solo se
da en las películas de cuentos de hadas. Acepto que definir este concepto es un
tanto complicado por tratarse de un sentimiento, pero a pesar de no poder
conceptualizarlo, eso no me importa porque yo lo siento y vivo día a día.
En realidad,
esa felicidad la siento desde hace un año, nueve meses, tres días y contando, o
sea, 638 días – tiempo que tengo con mi novia Marisol La Rosa Arriaga.
Es evidente
que ando muy enamorado y eso se puede comprobar con cualquiera de mis actos
(aunque no siempre perfectos); sin embargo, puedo afirmar que la verdadera
felicidad se logra en el día a día y con todos los hechos que lo demuestran.
Tal vez
duerma y al mismo tiempo siento que no he dormido; puedo estar satisfecho, pero
me falta un algo más que hasta hace unos días no sabía qué era. Pero, por iluminación
divina, encontré aquello que faltaba para completar la felicidad… falta que el
amor de mi vida (mi novia) y yo
compartamos cada una de las 24 horas, incluso en la madrugada y eso solo lo
podremos conseguir el día que contraiga nupcias que será el más feliz de
nuestras vidas.
Por ello
pido a Dios que me dé sabiduría para poder consentir, mimar y engreír, de
manera adecuada, a mi novia.
Puedo
afirmar que estoy real y verdaderamente feliz en compañía de mi futura esposa.