jueves, 16 de diciembre de 2010

Ecce Homo

Según San Juanka


Tantas cosas que contar y tan pocas líneas. Una sola historia, un único personaje y no sé por dónde comenzar.

Elegido democráticamente para llevar a cabo las elecciones internas de la universidad Villarreal, cargo que solamente le fuera encomendado por lapso de un año. En 12 meses, todo debía terminar.

Un aparente “error” le costaría ser visto de manera diferente.

Principista e intachable solo quiso hacer las cosas como se deben: correctamente. Quiso aplicar el reglamento y hacer que este se cumpliera.

Lamentablemente, no todos tenían la misma intención, especialmente, las ilustres autoridades de esta casa de estudios: rector, vicerrectores y en especial los decanos de cada facultad que veían peligrar su continuidad en el cargo.

Nunca se pusieron de acuerdo – tanto el presidente del comité electoral como los representantes de la universidad – sobre las elecciones definitivas; por ello, el entonces rector intentó solucionar las cosas según su parecer (según su conveniencia). Lo único que faltaba era que el encargado del proceso diera su brazo a torcer.

No lo hizo. Respondió con esa negativa utilizada frecuentemente por jóvenes idealistas, rebeldes quienes buscan justicia y están dispuestos a oponerse a la autoridad, aunque ahora no se trataba de un inmaduro y mucho menos, un agitador.

Un rotundo y enérgico no recibió la autoridad suprema de aquella universidad, aquella persona a quien todos respetan, tienen miedo, hablan casi sin mirarlo a los ojos – casi equivalente al inca en la época de los antiguos peruanos.

Al escuchar la negativa, los ojos se le crisparon, la efervescente sangre enrojeció su rostro y hasta sus manos temblaron de la impotencia originada de saber que su capricho no se cumpliría.

Por ese aparente error – negarse a una orden –, las trabas que le pusieron a esta persona, capaz de tener los cojones necesarios para enfrentarse al rector, fueron incontables. Incluso llegaron a la bajeza de querer inmiscuir a su familia. Sin embargo, de todas ellas salió airoso y al no quedarles otra alternativa, las cada vez menos sesudas autoridades le abrieron el temido proceso administrativo; es decir, intentaban despedirlo imputándole irresponsabilidades que nunca ocasionó.

Mientras afrontaba esta difícil etapa, paradójicamente la Organización Internacional para La Integración y Calidad Educativa (OIICE), orden que representa a diversas universidades latinoamericanas, le comunicaba oficialmente que había obtenido el galardón a la excelencia educativa y, adicional a ello, la Universidad Tecnológica de México le otorga el grado de DOCTOR HONORIS CAUSA en reconocimiento al resaltante desempeño y destacado liderazgo en la labor educativa, cultural y social.

Mientras, este noble personaje viajaba a México para recibir oficialmente los reconocimientos, las autoridades de la universidad (rector, vicerrectores y decanos) eran cesados de sus respectivas funciones.

Ecce homo, frase latina que significa ESE HOMBRE, tiene un nombre y es mi padre: PEDRO JUAN ANTÓN DE LOS SANTOS.

1 comentario:

  1. Muy buen post, Juan Carlos. Desde acá todo mi apoyo moral para tu papá. Debo decirte que la vena periodística, al menos en este post, se te nota bastante. ¡Sigue adelante!

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