Según San Juanka
Date prisa que no llegamos.
¿Cómo se te ocurre ponerte eso? ¿Estás loco, oye?
Si llegamos tarde, te rompo el hocico a trompadas.
Fueron algunas de las célebres frases que escuché ese día – la mayoría provenientes de la adorable boca de mi madre.
Aunque en el fondo sabía que se trataba de los clásicos nervios producidos por el matrimonio de la sobrina mayor; en este caso: de mi prima.
Y no era para menos. Todos los familiares (tíos, primos y hasta papá y mamá) estábamos advertidos de que debíamos llegar a tiempo a la celebración religiosa si es que queríamos ir a la fiesta.
En el fondo, estaba despreocupado por la hora: sábado en la tarde la gente se prepara para el sábado en la noche. ¡Llegamos sin contratiempos!
Esperamos unos momentos y la ceremonia dio inicio: viejas moqueando, bebes llorones, señores acalorados y más de un niño preguntándose qué hacía en ese lugar en vez de estar jugando.
Solo un codazo pudo sacarme de mi estado hipnótico y avisarme que la boda había finalizado. Tocaba lo mejor: la cena y el baile.
¡No defraudó! Hacía mucho tiempo que no acudía a algo tan pomposo.
Pero como todo quedó tan bonito, ahora el hermano de la novia también quiere casarse, aunque sea: por segunda vez.
lunes, 28 de junio de 2010
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Qui buina!!, me alegra que te haya gustado, besos de tu prima que te adora.
ResponderEliminarFranca