domingo, 14 de marzo de 2010

La última imbecilidad

Según San Juanka

A mi hermana Pilar

¿Falta de memoria? No lo sé.
¿Desinterés en las cosas? No lo sé.
¿”Alpinchismo” total? Tampoco lo sé.

Lo único claro es que mi hermana está en la universidad para graduarse con honores como la imbécil más grande que pueda existir.

Desde hace varios días, esperaba impaciente una llamada: un trabajo en donde laboraría por algunas horas y ganaría como jefe.

En la entrevista final, me indicaron que todo había ido muy bien; incluso, fui uno de los mejores candidatos. Solamente tenía que esperar una llamada para firmar el contrato, este llamamiento sería en un par de semanas.

Durante los siguientes 3 ó 4 días, siempre que llegaba de la calle, preguntaba emocionado si llamaron del trabajo, pero todo era en vano.

Empezando a creer que no me llamarían, fui dándome la idea de olvidar las palabras de elogio de aquel día. Sin embargo, horas más tarde, a mi quedada hermana se le encendió un chispazo de una nunca usada memoria para acordarse de que hace como una semana me habían “mandado un fonazo” del esperado empleo.

Bueno, en realidad ya se habrán imaginado que me puse como una verdadera “bomba de tiempo”.

El colmo
Ante toda mi rabieta, Pilar, mi hermana, sólo atinó a decirme: “¡Qué más quieres! Agradece que te digo”.

Al darme cuenta que hablaba con un muro (y me refiero a la inteligencia), corrí al teléfono para comunicarme con la empresa. Lamentablemente, me dijeron que demoré mucho tiempo en comunicarme, por lo que dieron el puesto a otro.

Desde ahí, cada vez que me piden el número de mi casa, digo que vivo debajo del puente y sólo me pueden encontrar en el celular.

1 comentario:

  1. ja! yo particularmente la hubiera matado jaja =P!
    pero la vida es muy sabia..y las cosas q nos pasan siempre son para mejor..=D

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