martes, 1 de marzo de 2011

Estimulación temprana



Según San Juanka

La felicidad invadió sus vidas: su primogénita había nacido. Alexandra la llamaron y como toda bebe se llevaba la atención de todos. Incluso sus primos mayores se peleaban por cargarla antes que los otros.

Aquel día cumplía su primer mes y muchos fueron a verla. Sobraban ojos para verla, brazos para cargarla y caricias para mimarla, pero todos los mimos quedaron paralizados al llegar ese momento crítico llamado el cambio de pañales, ese instante en que los lazos afectivos entre madres e hijas se intensifican para hacer lo que nadie se atrevería: coger pañales caquientos.

Confiando en mi instinto – pero especialmente en mi nariz – ingresé al dormitorio cada vez menos oloroso para volver a cargar a Ale; sin embargo, su padre también entraba aunque él lo hacía por razones distintas.

Pero le entró la locura. Cuando la tenía entre brazos, escuché que su padre intentaba que mi prima Ale sea la primera mujer intelectual peruana de talla mundial. Le repetía insistentemente: “ABC ABC”, como si su hija de un mes fuese capaz de entender las implicaciones de nuestra tan complicada lengua castellana a su tan corta edad.

Seguramente desconoce que en ese período, la estimulación se da juguetes coloridos que llamen su atención y no con estupideces que adormecen a cualquiera.

1 comentario:

  1. Uy!! pobre nena!! =)
    Es creo q no tan beneficioso esforzar a los hijos!!...

    ResponderEliminar