jueves, 19 de enero de 2012
El papá cagón
Según San Juanka
Recién salido de la ducha, con tiempo de sobra y sin nada que hacer. Carlos, como cualquier padre que puede dar un aventón a su hija, se brinda para llevarla a Plaza San Miguel sin saber lo que le pasaría más adelante.
Era un día sábado de fin de mes y Wuendy tenía el día libre. Esperaba a su amiga Andrea con quien almorzaría y pasaría toda la tarde. Debían encontrarse a las 11, pero Andrea se adelantó una hora; tiempo en el que Wuendy tenía pensado ir a pagar unas deudas de la tarjeta.
No hay motivo por el cual complicarse. La solución era que vayan ambas y regresen para la hora del almuerzo, pero Carlos, el padre de Wuendy, se ofrece a darles un aventón.
Ya en el lugar, parece que los frijoles del día anterior continúan haciendo el indeseado efecto gástrico por eso – todos sabemos que cuando las ganas llaman… – debemos encontrar rápidamente el baño más cercano.
- Wuendy, ¿se van a demorar? – grita Carlos como si su hija tuviera alguna responsabilidad sobre su sistema digestivo.
- Claro, papá. Acaso no ves que la cola llega hasta afuera – responde Wuendy serenamente.
Como esperando esa respuesta y con un nuevo hincón que presagiaba lo peor, Carlos con mayor énfasis que el último grito, aclara: “Entonces se van solas porque estoy que me cago”. Se dio media vuelta y se fue sin importarle la vergüenza que pudo pasar su hija frente a su amiga o al resto de personas que también hacían cola.
Aunque, quizá la vergüenza no fue mucha porque Wuendy le dijo: “Ya. Chau. Nos vemos”, como si estuviera acostumbrada al florido léxico de su padre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ja ja! pero cualquiera que no va al baño como si fuera pan de cada día tiene esas emergencias.
ResponderEliminar