miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un año que vale a una vida


Para muchos, el transcurrir de un año puede ocurrir de la manera más predecible, es decir, sin acontecimientos que hayan dejado huella en su vida o, en el mejor de los casos, ocurre no más de un par de actos realmente resaltantes como el nacimiento de su hijo, casarse, perder a algún ser querido o algún otro evento esporádico.
Y es muy posible que al pensar en una relación de jóvenes, se piense que, solamente, los primeros 3, 4, 5 o 6 meses puedan estar llenos de emociones o, al menos, de cosillas curiosas.
Sin embargo, esta relación que ya lleva un año se ha caracterizado por estar marcada por una serie de hechos – tal vez no muy importantes para algunos – que definitivamente serán recordados y grabados en la mente de esta joven pareja de enamorados.

Mes 1, diciembre: Conociéndonos en el primer viaje
Si bien es cierto que nuestros primeros acercamientos no habían pasado de una relación profesional (alumna – profesor) y ni siquiera hubo algún roce por el lado amical, dos semanas antes que acaben las clases, hubo una propuesta – nada alarmante – de viajar a Ica – más exactamente a la Huacachina por ser el lugar más turístico de la zona – con la condición que acabásemos el ciclo académico y habernos desligado de todo vínculo profesional.
Al llegar la tan esperada fecha (sábado 8/12/12), partimos rumbo al inicio de nuestra nueva vida. Ninguno sabía, realmente,  cómo era el otro, pero ambos tenían el mismo destino: continuar juntos sus caminos.
Muchas risas y carcajadas y nuestra primera labor social saltaba a la vista: al viaje nos habían acompañado otra pareja que apenas llevaban cuatro meses de una no muy bonita relación (cachetadas, gritos, insultos, taconazos, entre otras dignas de mencionar). Debido al grado de alcoholemia y a los acontecimientos presentados, esos enamorados – que, gracias a ese viajecito, fecundaron un nuevo ser – habían terminado y esta vez para siempre: un mordisco fue la prueba de ello). Nos sentimos en la obligación de intervenir y arreglar las cosas entre ellos. Felizmente, esta intervención tuvo los resultados esperados.
Luego de unas horas, ya era tarde y nadie tenía reloj. Fue en ese momento, en que Marisol y yo formalizamos nuestro compromiso de amarnos para toda la vida y lo que pasó a continuación se vuelve narrable solo para quienes vivieron esas horas de pasión.
Ya en la mañana del domingo 9/12/12, tuvimos nuestra primera pregunta anecdótica: ¿en qué fecha exacta cumplimos un mes de enamorados? En vista que no nos poníamos de acuerdo si era el 8 o el 9, y para no discutir tontamente, decidimos que ambos días (8 y 9) celebraríamos nuestro mes… cosa que venimos cumpliendo hasta ahora.
Pasado unos días, ya se acercaba el Año Nuevo, por lo que decidimos pasarla en la playa Los Pulpos, sin embargo, por imprevistos, tuvimos que pasarla en casa de Mari. Al parecer no habría nada curioso en esta escena, pero claramente se manifestaban los nervios, por parte de Marisol, ya que manifestaba el carácter colérico de su mamá y, además, lo repetía insistentemente como para que me lo creyera. No satisfecha con eso, daba la impresión que se había puesto de acuerdo con sus amigas para que ellas también me dijeran lo mismo. Finalmente, todo resultó ser un “miedo infundado” porque, al momento de llegar, me presentaron y lo primero que hice fue ofrecerle, a la mamá de Marisol, cerveza sin helar – ya que era de su preferencia – y la señora me respondió que había logrado mi primer punto. Al parecer, había domado a “la fiera”, acto nunca hecho por sus amistades de toda la vida.

Mes 2, enero: Viviendo el paraíso
Luego del viaje y de salidas frecuentes (más en compañía que solos como pareja), nos dimos cuenta que somos la pareja ideal: nunca discutimos, hablamos hasta por los codos, siempre reímos, nos llevamos de maravilla, nos apoyamos mutuamente y, todo lo que pudiéramos hacer, lo hacíamos, y seguimos haciendo, intensamente llegando a ser confundidos, en muchas ocasiones, como una pareja con mucho tiempo de relación y con mucho tiempo de habernos conocido.
Si mal no recuerdo, todos quienes nos conocieron se quedaron admirados del tiempo que llevábamos: apenas dos meses de una corta e intensísima relación.
Como broche de oro, para celebrar nuestro mes, la sorprendí como nunca lo hubiera esperado: me aparecí dentro de su oficina (los secretos para poder ingresar no se revelan), la cual compartía con sus colegas y, para suerte mía, ella estaba en otro ambiente, cosa que, cuando salió, casi se le caen los papeles que llevaba en la mano: parecía que había visto un fantasma. Me llevó hacia el pasillo y con los ojos brillosos de la emoción me agradeció la sorpresa. Le dejé su cadena y nos vimos más tarde como habíamos planeado.

Mes 3, febrero: La prueba
Una relación más que excelente, solo puede ser fastidiada por una loca que intentó poner trabas en nuestras vidas: inventaba cosas, acosaba con llamadas telefónicas, nos hacía seguimiento y hasta perturbaba la vida de nuestras familias. Incluso, estas perturbaciones continuaron durante varios meses.
Obviamente, esta relación se vio resquebrajada por un supuesto engaño que nunca ocurrió. Tan desagradables fueron estos momentos que llegamos a terminar, pero solo unos días ya que nos dimos cuenta que lo nuestro era y es, realmente, amor verdadero, amor que solo se vive una vez, amor que durará toda la vida.
Pero no se vaya a creer que las cosas caen del cielo y uno no hace nada. En estos momentos difíciles, tuve que hacer varias cosas: le hablaba sobre nuestros sentimientos, le hacía recordar de los momentos vividos, la esperaba a la salida de su trabajo, pero lo que más recuerdo fue que la esperé dentro de su oficina (al parecer se empezaba a ser rutinario, pero era falso) con un arreglo floral bastante grande y bonito que la había sorprendido muy gratamente, pero que, gracias a su molestia justificada, impidió demostrar sus sentimientos en ese instante. Me di cuenta de su alegría cuando salgo de la oficina y le mando un SMS esperando que la haya gustado. Ella respondió que fue muy bonito y terminó agradeciéndome por ese presente.
Ese mes fue caracterizado por la turbulencia y, por lo que yo llamó, nuestra mayor prueba y, que por ser un mes desagradable, no entraré en mayor detalle.

Mes 4.1, marzo: La reconciliación
A pesar de que habíamos regresado, la confianza se había resquebrajado y la relación no era la misma que antes, por lo que tuvieron que tallar “las técnicas de reconciliación de súper Juanky”: caerle de sorpresa en lugares donde no esperaba, ser más cariñoso que de costumbre y varias cositas más que hicieron que poco a poco vuelva la confianza perdida. Aunque el camino tomó varios meses, los resultados fueron óptimos: tuvimos una relación mejor que antes y fundada en la confianza mutua.
También tenía que reconquistar a su familia y, para el cumpleaños de la suegra, la llamé de un teléfono público y, sabiendo que haría una reunión, le mandé indirectas para que me haga la invitación del caso. Al llegar a su casa, luego de un tiempo de ausencia por los acontecimientos sucedidos, Marisol demora en salir de su habitación por la vergüenza de la autoinvitación que me había hecho. Aquel día quedó contenta por la nueva aceptación que me habían hecho en su casa.

Mes 4.2, marzo: Huancha
Para suerte nuestra y por providencia divina, ese año, la Semana Santa se había adelantado una semana (última de marzo, en vez de la habitual primera semana de abril). Aunque no suelo viajar en esta época, decidimos irnos a Trujillo, a las turísticas playas de Huanchaco. Habíamos invitado a otros amigos, pero, por cuestiones del destino, no pudieron acudir.
Estábamos predestinados a pasar cinco días (desde el miércoles hasta el domingo) solos en un lugar impresionante. Cualquiera podría pensar que nos aburriríamos por la estadía y no tener otra cosa que hacer, pero fueron, a mi parecer, los mejores días de nuestras vidas ya que estuvieron plagados de vivencias extraordinarias: la solicitud de paz que hacía cuando salía de las mansas aguas de la playa (alrededor había bambú y, por suerte, le pude tomar prestado el pareo de Marisol para atarlo en el tallo), la caminata (con el mismo palo de bambú) con las sandalias colgadas en clara comparación al “chavo del ocho”, la chica súper lenta que nos tomaba el pedido mientras su enamorado se estresaba por las órdenes por cumplir, un bar al que fuimos con un curioso cártel en el que parecía que el baño de las mujeres era dentro y el de hombres se encontraba en la playa, “la preciosa” y, la más importante de todas, el primer orgasmo de Marisol quien gozó esplendorosamente las embestidas de su enamorado quien no la dejaba por lapsos prolongados de tiempo.
¡Vaya momentos aquellos!

Mes 5, abril: Presentaciones cumpleañeras
Difícil olvidar esta fecha: el 3 de abril es cumpleaños de mi cuñada y me había invitado a su casa a celebrarlo. En aquel tiempo estaba en un trabajo que me hizo llegar a las once de la noche y era la primera vez que los familiares de Marisol me veían con ropa de trabajo (elegante).
En esta oportunidad, el sorprendido fui yo porque de un momento a otro, su mamá sale a fumar y Marisol le dice a su papá que acompañe a su mamá porque “lo estaba llamando”, acto seguido me lleva afuera y me presenta, ante sus progenitores, como su primer enamorado. Acción que tuvo que ser repetida por parte mía con mis padres.

Mes 6, mayo: Clases particulares
Desde el inicio del relato, había mencionado que nos conocimos en un aula de clases. Pero este mes, ya no le enseñaba, sino que el dador de conocimientos fue el señor-profesor / profesor-señor (mi papá) y  le había dejado unos ejercicios de presupuesto algo difíciles de resolver, así que fui a su casa a reforzarle algunos conceptos a altas horas de la noche.
En vista que la enseñanza continuaba, sus padres decidieron ir a descansar y, como jóvenes que  somos, nos dejamos llevar por nuestras hormonas e hicimos el amor en la sala de su casa con bastante temor a que sus padres puedan aparecer en cualquier momento. Lo más curioso fue que esta vez, lo hicimos “en cuatro” y fue el mejor orgasmo que habíamos ejecutado.
Simplemente, espectacular. En futuras ocasiones, volvimos a repetir esta pose, pero la que más recordamos es esta primera ocasión en la sala de su casa.

Mes 7, junio: Medio año
Cumplíamos medio año de relación y las personas seguían sin creer el tiempo que teníamos: pensaban que era más.
Con solo decir que cumplíamos medio año, estoy diciendo todo.
Cabe resaltar, como situación muy anecdótica, que en alguna fiesta que tuvimos aquel mes, floreció mi lado delincuencial al hacer que aparezca una botella de cerveza y un cóctel que habían colocado en la barra y que no fueron pagadas por mi persona o por alguien del grupo con el que habíamos asistido.

Mes 8, julio: Probando la sazón
En esta época, los padres de Marisol se tomaron unos días de vacaciones fuera de Lima (aprovechando las vacaciones de don Richi, padre de Marisol), así que dejaron la casa sola, por lo que una oportunidad así, no se debe desperdiciar y nos sacamos el jugo intensamente llegando a pernoctar juntos; sin embargo, Marisol me volvió a sorprender ya que puso las ollas en acción y preparaba el almuerzo y, cuando podía, hasta la cena.
Que alguien cocine no tiene nada de espectacular, salvo que la cocinera lo haya hecho en contadísimas oportunidades, para aprobar su curso de cocina y solamente para preparar frituras. Pues este era el caso. Sin embargo, Marisol salió entre palmas – las mías – al probar su sazón.
Como dice el refrán: “Al hombre se le conquista por el estómago” y, a mí, me terminó de conquistar.

Mes 9, agosto: El viaje de la consolidación
Para el mes de agosto, Brescia, la amiga de Marisol, contraía nupcias y no podíamos faltar en la celebración. El inconveniente fue que el novio es de Huacho y al parecer él es quien lleva los pantalones, por lo que todos tuvimos que viajar desde tempranas horas del día para estar preparados para la hora esperada.
Para ser sincero, aquel viaje sirvió para consolidar el amor que nos tenemos debido a que las conversaciones seguían siendo igual de intensas y profundas que al inicio, nuestra interrelación – verbal y no verbal – se volvía más y más perfecta, la llama de nuestra pasión continuaba ardiendo vivazmente y detonaba la fogosidad en todas las veces en las que nos quedamos solos: las caricias, los besos, los tocamientos, la desnudez imperante en nuestros cuerpos, las diferentes poses que creemos inventar, la morbosidad que aquello causaba y, sobre todo, la excitación previa a ese acto hermoso llamado hacer el amor.
Aunque ambas familias nuestras sabían que iríamos a este matrimonio, los padres de Marisol le insistían en que llegarían al certamen por el hecho de conocer a la novia desde hace varios años. En los días previos a este viaje, Marisol no creía cierto estos comentarios sueltos al aire; sin embargo, la noche de la boda, en plena celebración luego del esperado “sí”, los padres de Marisol llegaron sorpresivamente.
Como consecuencia, a Marisol se le fue la voz por los nervios de aquel momento. Luego de varios minutos volvió a la normalidad. Tal vez pensaría que sus padres comprobarían que su niñita ser convertía en toda una mujer.

Mes 10, setiembre: Cambios emocionales
Ya sabida nuestra vida sexual bastante activa, Mari asistía al ginecólogo, desde hace varios meses, para que le recete algún anticonceptivo. En parte fue bueno, por evitar algún embarazo no deseado; pero, por otra parte, fue perjudicial debido a los cambios hormonales que causaba en ella.
Con el pasar de los meses, estos cambios se vieron reflejados en alta sensibilidad, la constante irritabilidad que generaba discusiones – aunque pequeñas – eran significativas y, en diversas circunstancias, se volvían cada vez más fuertes.
Aunque no todo fue negativo porque nuestros encuentros sexuales aumentaban con una fuerza increíble; sin embargo, surgió una preocupación sumamente relevante: Mari quiso, en algún momento dado, terminar con esta espléndida relación – y sin copas encima –, pero gracias a la paciencia, cariño y amor que tenemos, pudimos apoyarnos y salir adelante, tomando la drástica decisión de suspender la aplicación de la ampolla.
Pero, a pesar de las medidas tomadas, aún tuvo que pasar algunas semanas para el regreso a la total normalidad de esta parejita de tórtolos.

Mes 11, octubre: Comparándonos
A estas alturas queda claro, es más, queda clarísimo que esta relación andaba muy bien, al menos, para los ojos subjetivos de los enamorados. Los demás mantenían su sorpresa al vernos y, hasta, envidiaban nuestra relación por lo bien que marchaba. Sin embargo, hacía falta – como se menciona en la investigación científica – una contrastación de lo pensado.
Un día o quizá una noche, mientras caminábamos, intentábamos dar respuesta a esta gran interrogante: ¿Será cierto que somos la pareja ideal?
Deliberamos y llegamos a la conclusión que la mejor forma de contestar esta pregunta es por medio del contraste, de la comparación     con otras parejas.
RUBRO
NOSOTROS
OTRAS PAREJAS
Discusiones
Poco frecuentes
Es un común denominador
Buenos momentos
Constantemente
A veces sí y otras no
Conversación
Muy fluida y variada
Normal
Comprensión
Siempre dispuestos a escucharnos
Algunas parejas lo hacen de compromiso
Salidas
Variadas y a lugares distintos
Eventuales y a los mismos lugares
Tiempo de dejar de hablarnos
Máximo: dos horas
Hasta una semana
Cariñosidad
Extremadamente cariñosos
No es muy notorio
Conocimiento de la pareja
Amplio conocimiento
Hay aspectos flojos
Mandadas a la mierda
Nunca
Sí lo hacen
Encuentros sexuales
En todo lugar que podamos
Lo usual: en el dormitorio

Con esta evidencia, es más que claro por qué hay varios que nos miran con envidia.

Mes 12, noviembre: Promesas cumplidas
En todos estos meses, se ha corroborado que los acontecimientos curiosos y anecdóticos han marcado esta relación tan representativa. Tal vez, en esta etapa lo más característico ha sido la normalidad, salvo por lo ocurrido hace unos días: la aparición de Mari en mi centro de trabajo.
No era un día especial, simplemente era al que estamos acostumbrados: uno lleno de emociones. Aquella mañana se apareció con un croisant – que fue riquísimo – con un frugos.
Quedé realmente, sorprendido. Ahora me preguntó qué nuevas emociones nos traerá este año?