lunes, 16 de julio de 2012

¿Cómo ser un profesional sin morir en el intento?

Según San Juanka.

Universidad, logros, metas, sacrificio, satisfacción, placer. Estas y algunas otras ideas más son las que se nos cruzan en el umbral de lo inconsciente al momento de proyectarnos a nosotros mismos como grandes profesionales y personas de éxito.

Conocer la historia de los Añaños (grupo Kola Real) quienes agradecen, paradójicamente, al terrorismo, a Abimael y al pensamiento Gonzalo porque los obligaron a retirarse de su lugar de origen: Ayacucho, ya que la convivencia – en otrora – se volvió insostenible y su vida peligraba.

Saber que años más tarde y pese a las adversidades, es una de las empresas peruanas que mejor nos representa a nivel mundial.

“Sacar pecho” al enterarnos que un loco llamado Gastón y de apellido Acurio, con ayuda de algo de sal, pimienta y muchos otros ingredientes, ha logrado, con la ayuda de su esposa Astrid, difundir nuestra gran y deliciosa gastronomía peruana a lugares tan remotos que apenas sabían de la existencia de un país llamado Perú solo gracias a la imponente maravilla natural conocida como Machu Picchu.

Quizá, y para la opinión de muchos, son los mejores ejemplos de éxitos empresariales peruanos que se puede nombrar. Incluso, más de uno los toma como motivación personal para alcanzar los sueños propios. Sin embargo, cuando nos encontramos con la realidad, nos llevamos un duro golpe lo que, en varias ocasiones, se convierte en una invitación casi personalizada a abandonarlo todo.

Comenzando desde la universidad o cualquier otro centro de estudios, el alumno que busca sus pininos trabajos – obviamente, como practicante – los resultados encontrados los clasifico de la siguiente manera:

  • Totalmente desalentadores: acá no aceptamos practicantes. ¿Cuánto tiempo tienes practicando en otros lugares?
  • Desalentadores: Regrese en dos o tres meses. Siempre hay convocatoria por internet. Alentadores: se queda, pero solo por tres meses.
  • Esclavistas: Los practicantes serán pagados cuando sean profesionales (cuando obtengan el título); mientras, no.
  • Optimistas: le consideraremos solamente los pasajes.
  • Pagados: pagamos según la ley lo indica, incluyendo beneficios laborales (solo se les encuentra en el sector público y se entra con mucha vara).

Seguramente, todos nos habremos situados en alguna de estos contextos y ahora nos ponemos a pensar cómo será el día en que busquemos trabajo como verdaderos profesionales si la dificultad se da desde los inicios.

Como nos damos cuenta, desde el hecho de querer comenzar, la situación es complicada y trae consigo más retos de los imaginados.

Inclusive, los beneficiados en conseguir algún empleo con remuneración aceptable lo hacen en labores para las cuales no se requiere los estudios que están siguiendo, es más ni estudios se necesita. Póngase a pensar en algunos ejemplos.

Recomendación

Comenzar lo más pronto posible a conseguir algo relacionado con lo suyo.
Parece obvio, pero de esta manera uno puede aprender a desenvolverse en diferentes ámbitos.

Datos adicionales

Además de lo ya mencionado, cabe añadir que el tiempo en el que uno estudia no es gratis, muy aparte de las mensualidades que pueden o no ser módicas.

Hay que añadir el costo de los pasajes, las separatas, las impresiones, las investigaciones, las horas de internet en las que uno busca la información, los kilos de café que son consumidos a lo largo de esta época para que nos podamos quedar despiertos y concluir con nuestras obligaciones.

¿Me falta algo por mencionar? Ah claro, me olvidaba de las fiestas, reuniones y compromisos con carácter “chupístico” los fines de semana – o a veces, los días de semana – con los “patas” de la universidad o instituto.

Y si además de todo esto, añadimos, por último, que algunos jóvenes se convierten en padres antes de concluir otras etapas de su vida, me preguntó cómo se puede llegar a ser profesional sin morir en el intento.

¿Realidad o fantasía?  Usted que piensa, amigo lector.

Entonces, ¿para ser exitosos empresarios debemos tener una gran suerte?

No. Solamente debemos dedicarnos con mucha pasión y esmero a lo que realmente deseamos.